jueves, 29 de octubre de 2009

Centímetros Imprevisibles

Toda escalera nos advierte desde su inmovilidad. Es curioso como parecen pisadas de vehículo a otro sitio. Una escalera no es nada, no sirve para nada. Solo es un medio para llegar a un sitio útil. En mi casa es la mediación entra la planta baja y la superior. Una tanda de escaleras en forma de "L" con una curva oscura que se complica por un zapatero que no cabía en ningún otro lugar. Los escalones no sólo sirven como elemento para cualquier película de terror media, también son una construcción peligrosa e inevitable en una gran parte de las casas. En mi colonia del tercio terol (si..he dicho tercio), poblada de dúplex (y no, no tengo dinero) las escaleras nos invaden. Hay escalones para cada acera, cada salida al patio, cada acceso al metro, cada entrada de tienda/bar/supermercado,... y hay que mirar. No, no pensaba que fuera necesario. Creía que eran obstáculos sólo para las personas mayores o los niños cuya zancada aún es escasa para la altura de un escalón medio. Mi inocencia me decía que el suelo se miraba lo mínimo e imprescindible. Error, grave además. Además de la tanda de 15 escalones que conforman la subida a las habitaciones, existen un par de escalones no consecutivos en la salida al patio y otros dos para acceder a otra habitación que decidió quitar espacio del entonces jardín hace unos años. Esos dos escalones ya son para mí inolvidables. El 7 de septiembre decidí usarlos como trampolín sin prever las consecuencias. Pisé muy rápido, medio salté los dos en un único intento y el apoyo fue fatídico. El tobillo derecho se torció hacia dentro y el chasquido que me acompañó en tal acto de torpeza delató que algo había salido mal parado. Joder...y tanto. Rotura del peroné, concretamente del maleolo exterior. La radiografía delataba como una especie de esquirla quería abandonar mi organismo. Menos mal que la pierna no le permitió la huída. Una operación dos días después, cinco intentos para ponerme una vía y dos meses bajo el techo de mi casa viendo la luz a través del Internet Explorer. No lo aconsejo. Conclusión: Algo más de respeto cuando bajamos las escaleras.